Kamala Harris y Donald Trump están en plena recta final de sus campañas a solo dos días de unas elecciones presidenciales muy reñidas. En un evento en Iowa, Harris hizo un llamado a “pasar página” y propuso un “plan divino” para “curar la división” en el país.
Los sondeos muestran que ella está empatada con Trump en varios estados clave, incluyendo Iowa, donde lidera por tres puntos.
Por su parte, Trump prometió un Estados Unidos “más rico”, “seguro” y “fuerte”.
En un mitin en Pensilvania, el expresidente criticó las encuestas, llamándolas “corruptas”, y pidió a sus seguidores que “sueñen en grande”.
También se refirió a su prioridad de “acabar con la inflación” y controlar la migración.
Con más de 76 millones de votos anticipados ya emitidos, la tensión aumenta. Ambos candidatos se han atacado mutuamente, con Trump calificando a Harris de “corrupta” y ella tildándolo de “fascista”.
La posibilidad de violencia tras las elecciones sigue latente, especialmente si Trump cuestiona el resultado, como lo hizo en 2020. La espera por el resultado final podría extenderse varios días.
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